7 de septiembre de 2006

De citas y pesimismos

Hace una semana conversaba por MSN con mi amigo y me decía que quería hacer unos aportes a mi blog. Primero que el creía que estaba muy siútica para escribir. Y es verdad, me di cuenta que los últimos meses me puse hasta densa, empecé a tratar de ser harto más formal a la hora de escribir, olvidándome que en mi forma de hablar hay harta frescura y claridad que no debería desperdiciar. Y que, claro, si me carga el lenguaje elevado y “dedicado a los amigos” del Artes y Letras y por otro lado, me encanta Gumucio en sus columnas, qué hago escribiendo así!!

Luego me reafirmó lo que sospechaba: que no estaba logrando domar las pataletas hormonales, ni los desánimos de cansancio y estaba transformando mi blog en algo bien triste, y no es que quiera que sea “alegre”, si no que quiero que sea yo, y yo no siempre estoy triste, por muchos motivos que tenga, no me la paso el día llorando, no hablando de la importancia del choclo en la cazuela.

Estas apreciaciones, más algunas inquietudes, me hicieron revisar algunos blogs y quiero reparar en una de las características: la mayoría son gritos medio desesperados de soledad.
Siempre he pensado que para tener un blog el personaje debe contar con una importante cuota de ego. Pero más que nada, mucho de soledad, de hecho así partió el mío.

En esos blogs, así como hace un par de años en el mío, hay siempre citas de personajes tristes, perdidamente desoladores y siempre pesimistas. El problema que veo en ese tipo de citas de esos blogs –yo amo citar, sobre todo a Borges- es que los blogeros, en medio de su pena y tristeza, las toman como verdades absolutas. Y para redondear, los comentarios siguen el amén, están siempre de acuerdo y son aduladores, lo que lleva al gran vicio del mundo blogger: comentar sólo para que lo hagan de vuelta. Es raro encontrar que alguien difiera de lo expuesto. Ahora, eso también puede ser porque no mucha gente acostumbra decir lo que piensa, menos si no está de acuerdo. Debatir no es lo mismo que discutir, y discutir no es lo mismo que pelear.

Recién leí uno de los blogs que tengo linkeado y ahí me encontré con una de aquellas. Y no, no estoy de acuerdo con la cita del caballero en cuestión. Afirma que vivir es sufrir, y claro, a todos nos ha pasado que la vida nos parece nada más que puro y total sufrimiento, pero de ahí a ser eso una verdad duradera en el tiempo y generalizarla a la especie, hay un abismo proporcional a lo perdido que me parece don
Schopenhauer. Su pesimismo bordea lo patológico. Si es que acaso no lo es frentón. Me parece evidente que escribió eso en un estado de completo tormento. Es que, no creo que haya que ser ni genio, ni filósofo, ni nada más que un ser humano, para saber que querer no es sufrir ni siquiera esencialmente. Querer es querer y punto. Sólo cuando no es correspondido se sufre. Llamarle sufrir a otros momentos del querer, es… ridículo? Luego, decir que toda la vida es sufrir… Vivir necesariamente es querer? No lo creo, no todo el mundo quiere, no todo el mundo se la pasa la vida “queriendo”. Es triste, pero así es.

Acaso como humanos somos tan idiotas que andaremos siempre tras algo que no será nuestro, casi por defecto? Acaso no hay gente que sí logra su propósito? Horribles presas? Pero si está lleno de personas y cosas y situaciones y sentimientos hermosos!!

Este extracto me hace pensar en lo peligroso que es recurrir a estos textos, y más aún, que sea tan fácil dar con ellos en internet, pues no todos son de fácil comprensión, y sin la debida explicación, no creo que lleguen a su total amplitud y menos, escenario. Es que pienso en los que están deprimidos, pasando por una mala racha, con un duelo no resuelto, en los potenciales suicidas que, en ese momento estáncompletamente mermados en sus capacidades intelectuales, le encuentren tanto sentido a esas líneas, que las lleguen a catalogar de ciertas, veraces, contundentes. Se entiende en todo caso la búsqueda, pero más que leerlos (o buscarlos) preferiría que un docto en el tema me lo explique. Que me diga en qué circunstancias este filósofo llegó a decir esto, en qué se basó, cuál fue la cadena de argumentos, de conocimientos lo llevaron a plantear semejante asunto. Y por supuesto, si es que más tarde se retractó. Lo hicieron muchos filósofos alguna vez.

Y puede que yo vuelva a citar algo terriblemente desolador, pero la idea es no hacerlo, porque la idea es dominar mis arranques. Que no es lo mismo que mentir u ocultar.