29 de junio de 2005

me cayó la teja

Hoy, luego de un par de notables conversaciones y una entrevista con interlocutores tremendamente lúcidos, caché que me demoro más en dar con una respuesta sensata, con alguna estructura lógica y verbalizable con relativa fluidez. Buscando la razón, parece que es porque suelo sentirme en el borde, como colgando de un hilo. Antes era más torpe, dignamente... pero, también, me atrevo a aventurar que en esta falencia, hay cierta gracia y encanto.