2 de agosto de 2004

Esas sabias palabras de las personas mayores

Llevo 4 años fuera de la universidad. Lejos los años en que más frío he pasado. Imposible creer que a las 10 de la mañana tomábamos consomé de pollo, no? En mivida me había puesto tanta camiseta, tanta "panty.media", bufanda, gorro y guantes. Bueno, no voluntariamente...
Entre el trasnoche (no siempre por estudiar...), lo poco y mal que nos alimentábamos y, principalmente, que hay barrios de Santiago que son muy helados. República es así.
Bue, sobreviviendo al frío, a la U, a los carretes, a las vacaciones en patota (qué nostalgia eso!!!), nunca más había vuelto a sentir tanto, tanto frío. Ahora, me congelo Duermo con frío. No hay pijama, escaldasono, frazadas, leches calientes que me quiten eso. Me levanto, camino, trabajo, me tomo un trago, todo con frío. No me paro cerca de la vereda cuando espero micro o cuando voy a cruzar la calle, porque los autos al pasar, me hacen tiritar.

Hoy, en Ptovidencia, esperaba micro, a las 23.30 hrs. y con cada auto: el tiritón. Junto a mi estaba sentada una señora viejita que me pidió que le avisara cuando pasara una que subiera por Apoquindo. Era un paradero bien iluminado y por eso vi que tenía la cara muy partida. Le ofrecí crema. La aceptó. Me dijo que no perdiera la costumbre para que no llegara a tener la mía como ella. Luego de conversar de muchas cosas me dijo que si acaso andaba muy desabrigada. Le respondí que no, que al contrario! Y me dijo: entonces su frío no es por el clima, es porque le quedaron debiendo abrazos o se los están negando. Y la miré y le sonreí (mi única manera de respuesta cuando no sé qué decir). Y se me escapó un: es lo primero.

Entonces, déjese de leseras mijita, aproveche su juventud, su belleza y búsquese otro, que los abrazos no se niegan y los puede encontrar en todas partes. Se hizo un silencio largo. Muy largo. No sé, le dije, a mí se me hace que a una le sirven más unos que otros. Sí, me respondió, es verdad, pero es que desde que soy una anciana, cuando converso con los jóvenes trato de decirles palabras alentadoras.

Parece que ahí viene su micro, le dije. Nos paramos. "Mijita, luche no más, sí ese abrazo es el que tiene que ser para usted, luche, pero no se empecine con él. Las mujeres nos obsesionamos y ahí se nos escapa el amor. No cierre los ojitos"