5 de junio de 2012

Así se siente cuándo muere tu papá (y de cáncer)

Este en un email que le acabo de escribir a una amiga que está lejos, que conoció a mi papá. Él murió el 1 de marzo. La fecha es referencial. El tiempo es referencial, como decía Borges.

“Ahora sabemos cómo hiciste para seguir con tú vida pese a la pena. Eres lo máximo Feñito.”

Eso acabo de poner en Fb. Es cuático que lo ponga ahí. Sabis por qué?  Porque es muy difícil bancarse la pena. Y no sé si es pena. Es más bien que se te parte el alma. Y en eso, no te dai cuenta y querís, extrañamente, que todo el mundo sepa que tenis pena, porque querís todos los abrazos del mundo, aunque sabís que ni uno te consolará. Debe ser la necesidad de fe, de esperanza. Algo así.

Y tenís guiños a cada rato, ahí cachai cómo te marca alguien.

 Mi papá poh weona, mi papá se murió!!, y no quería, esa es la webá que más duele, que no quería y no tuvo chance. Que no se lo merecía, que le dolía el alma partir, que se resistió todo lo que pudo. Que tuvimos que decir desde el amor más grande “papito ríndete, ándate, no luches más, no sufras”. Y sin llorar. Y así pasamos mucho tiempo y luego, día a día, te vas dando cuenta de que no es talla, no lo soñaste: nunca más verás, escucharás a tú papá. Y da una rabia de la puta madre, tenís ira y te dai cuenta que todo lo que antes te emputeció es una estupidez, que todo aquello por lo que lloraste era una soberana webá y puta que te sentís estúpida.

Feñito nos regaló sonrisas siempre, desde que nos dijeron, a él, a nosotras. Cachai que tuve flor de pelea con mi mamá porque ella no quería que él supiera que no tenía remedio? Y después que murió un amigo del me dijo “tú papá siempre supo el resultado, pero no quería que ustedes supieran” Cómo chucha se bancó ese dolor por la mierda!!! Y yo, la mayor, nunca, nunca me atreví a hablar con él, a darle el espacio de desahogarse, pensaba “cresta, debe necesitar hablar” pero cobarde como siempre nunca fui capaz de ir a su pieza y decirle “papito, qué sentís?, queris hablar? Dime, en qué te ayudo”. Pensé en pedirle que escribiera cartas. Pero sabís? Ahora sé que con el cáncer no hay tiempo. En menos de 4 meses mi papá partió. Injusta la webá, no?

 Y ahora no queremos, estoy segura, porque no lo hemos hablado con mis hermanas o mi mamá, que tememos tanto, pero tanto que se nos olvide algo del. Su voz, su risa, lo que nos dijo, cómo pensaría, qué diría. Todo. Hay webas en las que no sé qué opinar ni qué decir!!
Cuándo andai en cualquier parte, o incluso en tu casa, pensai, chucha y si me pasa algo, qué cresta hago ahora que no está. Cachai? Vivis con angustia.
Sabís lo terrible que es cuando te encontrai con alguien y le tenis que decir que él murió? La gente se pone a llorar de una, y una también y no sé como cresta es una la que termina consolando. Una poh,una que no da más. Irónico, ah?

De algún modo extraño, casi consuela, no sé, acompaña que alguien también llore tu pena. Es medio sádico. Y acompaña, es más eso, eh.  Acompaña que alguien que lo conoció valore tanto que alguien como él, ya no esté a la mano. Weona era tan amable, era tan humilde, por la mierda!!! Tan capo! Ni cagando llegamos a lo que él era. Ni cagando. Y está bien, es una gran meta.

Ahora sé que mierda es el cáncer. Es horrible, es un dolor que no querís que tenga nadie más en la vida. Y cacha, lo digo yo que sigo viva…

Tengo mil cosas más atragantadas que decir del, tendré algo que decir del toda la vida. Sólo cosas lindas. No, en serio, no hay recriminaciones para mi papá. Fue, y será el mejor papá que pudimos tener. También el mejor hijo, hermano, marido, tío, amigo, compadre, vecino, compa de pega (no se puede poner “compañero” con mi Pelao). De eso no hay duda.

Por hoy cierro diciendo: de imbécil, de pendeja, de picá con él por alguna webá que no recuerdo, rompí en pedacitos una carta que me escribió cuando yo aún no nacía o era muy enana, de meses, en papel que ya estaba amarillo, con pluma roja (roja!!) que decía: “sólo pido, espero que tus ojitos bellos nunca tengan lágrimas, lucharé porque así sea”.

Imagina cómo estoy ahora. Qué mierda, no? Imagina como estoy prácticamente, siempre.