20 de marzo de 2004

Al final de un buen día

...y la mejor tarde.
El final del buen día llegó al despedirnos y me dijo que estaba impresionado de lo frágil que era yo en un abrazo. Que la paradoja era que mi imagen es potente, pero que un abrazo me delata, que le conmoví el alma. Me preguntó si iba a estar bien. Le dije que sí, segura me preguntó. Sí, bueno, te doy mi palabra que lo voy a intentar de "adeveritas". Me dio otro abrazo. Y no pude más que mirarlo y sonreír!