10 de julio de 2005

Sobre pedirle peras al olmo

Es obvio que, con lo viejo que estás, con los kilómetros recorridos, con las historias que llevas a cuestas, si apuestas por una mujer que en vez de motrarte su alma o su corazón, te muestra su cuerpo, saldrás mal parado, pues, ilusamente, sigues esperando lo que no va a llegar. Asume tu cuota de responsabilidad. No se trata de ser otro hombre, no tienes que mutar. Tienes que ver, no mirar. Leso!